EL AUTOCUIDADO
El autocuidado es la atención que prestas a tu salud y bienestar.
Los tres centros energéticos(físico, mental y emocional) están interconectados y dependen los unos de los otros. Para obtener un equilibrio es necesario trabajar en los tres. Por ello, el autocuidado es un pilar muy importante de la autoestima.
El autocuidado físico, en especial la alimentación y el deporte, son dos factores para tener en cuenta.
Cada una debe de sentir qué tipo de alimentación le hace sentir mejor y con más fuerza.
Todo cuerpo es único: lo mejor es ir revisando poco a poco cuáles son los alimentos que te aportan energía y los que te la restan.
Es importante revisar cuales son los alimentos que más frecuentan más tus comidas, y si sigues un horario regular o, por el contrario, hay un desorden en tus hábitos alimentarios.
Piensa que esto dice mucho del cuidado hacia ti misma y del amor que te das a través del alimento.
Lo mismo sucede con la actividad física. Es importante dedicarle un tiempo cada semana.
Busca el deporte o la actividad con la que te sientas más a gusto, ya que de ello dependerá que seas constante y no tires la toalla. No te bases en lo que hace tu amiga/o o hermana/o, sí no en lo que realmente te hace sentir bien a ti.
Escúchate y da prioridad a tus necesidades, a lo que quieres en tu vida. Buscar tiempo para ti fundamental para ir desarrollando una autoestima sana. Esto es algo que, en general, a las mujeres nos cuesta debido a la programación que hemos asumido: el rol de la cuidadora que está más pendiente de las necesidades del los demás y de tener más en cuenta al otro/a que a nosotras mismas. Por el simple hecho de hacerte
consciente de que te colocas en el último eslabón de la cadena puedes empezar a dar pequeños pasos en la dirección adecuada.
Es cierto que no siempre vas a poder satisfacer tus necesidades en el preciso instante en que las reconozcas. Ahora bien, sólo con validarlas, nombrarlas y comunicarlas, a tus hijos, amigos o familiares, que sepan de ellas y de los momentos que son tan necesarios para ti, te aseguro que van a suceder cambios.
Desde esa capacidad de expresar tus necesidades y darles su justo espacio, vas a poder recargarte, sentirte amada y sostenida por ti misma y, gracias a ello, podrás ofrecer a los demás todo tu amor sin que eso vaya en detrimento tuyo.
AUTOCUIDADO MENTAL
En el campo del autocuidado mental es importante tener en cuenta los pensamientos negativos que operan en piloto automático. ¿Te has encontrado alguna vez rumiando durante horas, días o semanas los mismos pensamientos repetitivos y angustiantes? Son como vampiros que te drenan energéticamente de forma constante, te hacen entrar en el modo “rueda del hámster” y generan malestar. Una manera de empezar a calmar paulatinamente el discurso interno y reducir el “ruido” mental es la meditación. En un proceso de separación en el que es fácil que te sientas
vulnerable, angustiada o estresada, dedicar unos minutos al día simplemente a buscar un espacio para conectar con tu respiración, hará que tus biorritmos, poco a poco, se regulen.
En mente ansiosa no entran soluciones.
AUTOCUIDADO EMOCIONAL
Por lo que respecta al cuidado emocional, ten en cuenta que no hay emociones buenas ni malas; todas son necesarias. En todo caso, las emociones pueden tener su parte sana y su parte no tan sana.
La emoción es movimiento y te da información para llevarte a la acción. Lo único que consigues reprimiendo una emoción es generar un bloqueo en tu cuerpo. Imagina tu cuerpo como una olla a presión sin válvula, que contiene en su interior las emociones a las que no das expresión. En algún momento esa olla explotará, sin que sepas realmente qué te está
sucediendo.
Una buena gestión emocional requiere sentir la emoción (tristeza, alegría, miedo, enfado) en el momento en que se manifiesta, validarla en ti y darle su espacio. Es muy importante poner nombre lo que sientes. Cuando lo nombras, le das el lugar que le corresponde, legitimas lo que te está sucediendo, te das prioridad y te reconoces. Lo que no tiene nombre
no existe, y buscará manifestarse por otros medios.
Dedica un espacio para las emociones que se mueven a través de ti: “estoy triste”, “estoy enfadada”, “tengo muchas ganas de llorar”.
Observa como esta emoción liberada te da la información necesaria para actuar, y para relacionarte contigo misma y con los demás desde un lugar más enriquecedor.
Un abrazo con cariño
E-book de los 6 pilares de la autoestima
Si quieres compartir conmigo sobre algo que te has dado cuenta de ti al leer el e-book escríbeme al correo silvia@terapiayalternativa.com. Estaré encantada de leerte.
