La adolescencia es la etapa del desarrollo que comienza sobre los 10 y termina sobre los 25 años, con la aparición de los caracteres sexuales secundarios a raíz de cambios hormonales. Se mantiene hasta el final del crecimiento biológico, con del desarrollo cerebral, psicológico y social del individuo (aunque éste seguirá evolucionando a lo largo de su vida).
El inicio y final de la adolescencia es diferente en cada persona pero, en todos los casos, es un periodo fundamental para el desarrollo psicosocial, en el que se dan diversas características:
El adolescente afronta simultáneamente los desafíos de relacionarse con personas nuevas, mientras se busca a sí mismo y su lugar en el mundo, con un cerebro todavía en desarrollo y una autoestima que, en esta etapa, puede padecer muchos altibajos. ¿Cómo podemos ayudarle en este proceso de reconocerse y reinventarse?
La identidad es uno de los aspectos claves en esta etapa de la vida. De forma natural todos los adolescentes buscan el desapego con su familia. Esto puede ser chocante e incluso doloroso para los progenitores, que ven como el niño o niña cariñoso y dependiente en poco tiempo pasa a distanciarse, a no ser cómo era. Si embargo esto es perfectamente normal: se está inventando a sí mismo y no puede hacerlo de otro modo que por oposición a los padres y madres. Acompañar la búsqueda de la identidad del adolescente implica entender esto, aceptando y respetando su espacio. Es un trabajo personal para padres y madres, que implica un cierto duelo por el niño o niña que se va. Debemos facilitarle ese proceso, no transmitirle nuestra queja o descontento con esos cambios. Nuestra frustración no es problema del adolescente: él o ella ya tiene suficiente con sus cambios a nivel emocional y existencial.
La construcción de la identidad es un proceso de transición que requiere de una búsqueda, de experimentación. Uno se hace a sí mismo por ensayo-error. Por eso las personas adolescentes empiezan a experimentar con muchas cosas: con su cuerpo, con su pelo, con la música, con sus gustos, ropas, aspectos o amistades.
Exploración de los orígenes familiares
En muchos casos se da un interés por investigar los orígenes de la familia, sus miembros y su historia. Cobra mucho peso la relación con los iguales: las amistades son muy intensas y se apoyan mutuamente en el proceso de autodescubrimiento. Sucede lo mismo con las parejas.
Influencias de referentes
Asimismo, son de suma importancia los referentes que tienen, sean personas famosas o individuos de su entorno. Todo ello les marca en muchos aspectos y será recordado a lo largo de la vida. Y tiene un impacto en la autoestima y el autoconcepto, es decir en la imagen que tienen de sí mismos. Y, por tanto, en cómo se valoran y se sienten con ellos mismos.
Importancia de las emociones en la adolescencia
Debemos tener muy en cuenta que, en esta etapa crucial, el motor de la conducta son las emociones, no el raciocinio. . El cerebro del adolescente todavía no está completamente desarrollado. Las descargas emocionales se imponen a las conductas racionales y con frecuencia los padres se sorprenden de que adolescente “no sabe dónde tiene la cabeza”, no actúa “con sentido común”, tiene reacciones desproporcionadas a hechos sin importancia o cambios de humor frecuentes y sin motivo aparente. Todo ello es consecuencia normal de la preeminencia de las emociones y, por ello, les tenemos que ayudar a regularlas y a encauzar sus comportamientos.
Si necesitas un acompañamiento individual para tus adolescentes y pautas para la familia escribe al correo contacto@silviagestalt.com o llama al 669965061 estaré encantada de acompañaros.