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Procesos de separación | Silvia Mota | Terapeuta Gestalt

La sensación de fracaso en el proceso de separación

Muchas mujeres viven la experiencia del proceso de separación con un sentimiento de fracaso: la sensación de haber fallado en la vida, como mujer, como madre o hija. La sociedad en que vivimos es poco tolerante con lo que considera errores. Generealmente, de pequeñas, cuando supuestamente cometíamos un fallo, nuestro entorno nos daba a entender que eso era una verdadera tragedia.

Este es un punto clave: ese fallo que nos hace sentir fracasadas se inscribe dentro de un marco conceptual generado en la infancia, en el cual era otra persona (o personas) la que establecía, a su criterio, lo que estaba bien o mal sin contar con tu opinión o sentimientos. Y, cuando juzgaba que habías fallado, te culpabilizaba o te castigaba.

En en la actualidad sucede lo mismo: puedes sentir que has fallado por el hecho de encontrarte en un proceso de separación, ya que para ciertos familiares, amigos o ante la sociedad, una separación o la ruptura de una relación supone una verdadera tragedia.

Sin embargo, hoy ya no hace falta que otros nos castiguen o culpabilicen. Cuando percibimos que nuestro entorno valora como una tragedia nuestra decisión de separarnos ya nos castigamos nosotras mismas. Como me decía mi terapeuta “hoy en día tú solita ya te vas a tu habitación, cierras la puerta y te autocastigas sola”.

Esto se debe a que el aprendizaje ya está programado en tu inconsciente, el cual determina el 95% de tus acciones diarias. Por eso es tan importante saber que hay en ese 95% para poder relacionarte y actuar con conciencia y presencia.

A lo que íbamos del fracaso mujer.

Lo peor del sentimiento de fracaso por un proceso de separación, es que se vive en silencio, se llora en silencio y se sufre en silencio. En nuestra sociedad altamente competitiva cada vez es más difícil admitir que las cosas no nos van tan bien como parecen. Tenemos la obligación de fingir que somos perfectas y mostrarnos públicamente capaces de lidiar con todo. Qué gran esfuerzo supone encubrir la verdad acerca de cómo nos sentimos, y también cuánto cuesta mostrar nuestra vulnerabilidad a otra persona/s

Yo misma, a ojos de muchas personas, fracasé como mujer al separarme, con 40 años, sin trabajo y con dos hijos pequeños que en aquel momento tenían 2 y 5 años. Escuchaba sus susurros a lo lejos….jajajaja

Pero, en realidad, quienes me juzgaban fracasada, proyectaban en mis sus miedos. Hay que ser muy valiente para dar según qué pasos o para afrontar las experiencias en determinados momentos de la vida, y muchas veces puede ser más fácil fingir y renunciar que ser tú misma y mostrarte vulnerable.

Y mira tú por donde.

En lo que, según otros era un fracaso, conseguí mis metas: reencontrarme con conmigo misma, la Silvia auténtica; formarme en lo que me apasiona, crear mi proyecto profesional y vivir de él… Y, lo que es más importante, relacionarme conmigo misma desde el amor y la aceptación, así como relacionarme con mis hijos desde un lugar más sano y ser el mejor ejemplo para ellos.

Algo de lo que aprendí en mi camino es que la vida la constituye un conjunto de ensayos y errores. Poder disfrutar de ellos es uno de los mayores aprendizajes.

Mujer las decisiones que tomamos no son inamovibles y, realmente, la palabra fracaso es un constructo de una sociedad competitiva, rígida, en la que se le da valor a reprimir y a ocultar nuestra vulnerabilidad, para de esa manera no escucharnos y dejar todo nuestro poder en mano de otras personas. Eso nos aleja mucho de poder aceptar y crecer de los diferentes procesos vitales. Cuando solo hay un punto fijo de acción, la vida se convierte en una cuerda muy rígida.

Desde ese lugar somos fácilmente influenciables y manipulables por nuestro entorno, y esto nos aleja de nuestras necesidades y potenciales.

Desde mi experiencia de mujer separada no hay gozo más grande que dejar de escuchar solo a las voces externas, para empezar a escuchar tu verdad. Para mi el sentimiento de fracaso es una oportunidad que te trae la vida para aprender a tenerte en cuenta en tus decisiones y acciones, y desde ahí honrarte como mujer divina que eres.

Y ahora te propongo.

Un breve ejercicio que siento te puede ayudar.

Te invito a que sientes en el sofá de tu casa al sentimiento de fracaso junto a tu lado, le des el espacio que necesita para desde ahí decirle.

(Y le hablas en voz alta como si fuera un personaje)

«Ahora me toca a mí, llevo mucho tiempo sin escucharme escuchando a todos menos a mí. Si tengo que fallar a ojos de los demás para honrarme a mí bienvenido seas fracaso, ya que realmente a la única persona que fallo si no me escucho y atiendo es a mí misma«.

Te invito a que durante una semana pongas todo el foco en ti, que bajes el ruido externo y pongas la atención en ti, bajando las revoluciones ( ritmo frenético) y te dediques el máximo posible tiempo para ti-

Y al final de la semana cojas papel y lapiz y contestes a estas preguntas.

¿ Que me sucede cuando dedico tiempo para mi en lo que realmente me gusta o quiero?

Cuando digo que si o no a otras personas, eso que me genera

¿Que emoción siento que no puedo expresar ante otras personas?

Puedes compartirme las respuestas en privado al correo silvia@terapiayalternativa.com te contestaré encantada.

Y si te apetece dejar un comentario siempre nos sirve de ayuda a todas las mujeres que estamos en el camino del proceso de separación.

También te quiero invitar al grupo privado de Facebook para la mujer en proceso de separación, un espacio para compartirnos desde el respeto y el no juicio y en donde comparto herramientas y recursos para el proceso de separación

.https://www.facebook.com/groups/266010481219040

Silvia Mota Fillola terapeuta humanista especialista en la mujer en proceso de separación.

Mi misión es acompañar terapéuticamente a la mujer en proceso de separación y a sus hijos.

Un abrazo grande mujer.

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